En este libro de ideas les mostraremos lo bien que se ven las paredes revestidas en piedra, y cómo aportan color y textura a nuestros espacios.
La piedra es un revestimiento muy popular por muchas razones. Por un lado está su innegable belleza, riqueza de colores, brillo y vetas. Ahora, también existe un motivo práctico por el cual muchas personas siguen prefiriendo revestir paredes con piedra y es que este material es casi indestructible y no necesita ningún tipo de mantenimiento, a diferencia de las paredes estucadas o los revestimientos de madera.
La piedra se puede utilizar de muchas maneras, ya sea en su estado natural o en una presentación más pulida, como el mármol, el granito o el cuarzo.
Acompáñennos a conocer estos espacios en los cuales las paredes recubiertas en piedra hacen toda la diferencia.
Las paredes exteriores revestidas en piedra, no sólo se ven espectaculares, sino que además ganan en belleza con el paso del tiempo y su exposición a los elementos.
Para los que aman las paredes de piedra, pero no tienen el presupuesto suficiente, una opción muy conveniente es la de optar por piedra artificial, que cuando está bien hecha es prácticamente idéntica a la piedra natural.
Las piedras más oscuras es mejor reservarla para espacios amplios y luminosos, ya que en lugar de reflejar la luz la absorberá y puede hacer que el recinto se perciba más pequeño.
Son una opción lujosa y elegante, pero que puede resultar un poco fría. Por eso es recomendable utilizar este tipo de revestimientos en paredes elegidas y no en todas.
Es una combinación llena de color y textura, pero en espacios interiores, puede ser demasiado. En exteriores o en fachadas, sin embargo, resulta mucho mejor.
Una forma de delimitar un espacio en una planta liberada es jugar con los revestimientos de las paredes para darles a ciertas áreas una identidad diferentes. En la imagen podemos ver cómo el revestimiento de piedra demarca un rincón de lectura.
Una buena iluminación en paredes de piedra es vital, ya que de esta forma será posible apreciar la complejidad de sus vetas, su composición y el brillo de cada pieza.
En la imagen vemos una forma muy original de utilizar las piedras como revestimiento. Se colocaron unas mallas metálicas a pocos centímetros de la pared y el espacio se rellenó con piedras de río.
Son una presentación muy atractiva y está dentro de las más accesibles, ya que su instalación resulta más sencilla.
Es una de las mejores opciones para revestir las paredes del baño, porque si bien es un material que transmite un poco de frialdad, sus tonalidades cálidas y cremosas crean un buen balance.
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