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Las horas que nos pasamos en la oficina o despacho son muchas. Por eso, el diseño de nuestro lugar de trabajo importa, tanto como el de nuestra propia vivienda. La amabilidad de sus colores o materiales, así como sus muebles o decoración influirán en la atmósfera que nos rodea y, en consecuencia, en nuestra productividad y actitud. Por eso, hay que buscar espacios que nos llenen de positivismo y, sobre todo, ganas de afrontar las ocho, o más, horas de nuestra jornada laboral de la mejor manera posible.
Cuando además nuestro trabajo tiene que ver con la arquitectura y el diseño, crear un espacio como el que estamos apunto de ver es obligatorio, ya que nuestro estudio será la mejor carta de presentación para nuestros clientes. Por otra parte, también resulta sencillo: solo tenemos que aplicar toda nuestra creatividad e ingenio.
A continuación os mostramos la sorprendente transformación de un cuchitril, que tras una reforma se ha convertido en el estudio de diseño de Un paseo en globo.
En una de las calles más emblemáticas de la ciudad de Valencia, en pleno corazón del ensanche, las integrantes de este estudio de arquitectura y diseño encontraron un diamante en bruto. Se trataba de un piso de antes, conservado en mal estado, cuyo potencial era altísimo. Supieron verlo, y aplicando sus dotes imaginativas convertirlo en un fabuloso estudio de diseño. Aquí, en estas dos imágenes, comparamos lo que era antes y lo que es ahora.
Se quitaron puertas, se acuchilló y sacó brillo al parqué, se arreglaron los desperfectos y se pintaron las paredes. El espacio ya era otro. Sin embargo, aún quedaba mucho por hacer. ¿Cómo diseñar tu lugar de trabajo, la carta de presentación de tu empresa y, por encima de todo, un lugar acogedor donde pasar largas horas? La respuesta la encontramos en la decoración y los detalles.
Como todos sabemos, trabajar en equipo aporta muchas ventajas. Las ideas que a uno no se le ocurren, le surgen al otro y en común todas se hacen más grandes. Aunque también hay que saber valorar el trabajo individual de cada uno. Con ánimo de conseguir un equilibrio entre ambos, los escritorios de estas dos arquitectas se colocan enfrentados. Pero, siendo honestos, la posición de los escritorios, ni siquiera su diseño, es lo más destacable de este espacio. La decoración, además de funcional, tiene una personalidad única. Los vemos a continuación.
Cajas de madera, pintadas y recicladas, son ahora originales estanterías. Colores pastel y una estética muy nórdica son las claves de esta zona de almacenamiento. El orden siempre ha de ser prioritario, y aquí es fácil conseguirlo, ya que se convierte en la propia decoración del lugar. La madera es el material protagonista, con diferentes acabados: pintada de otros colores o al natural.
Pero, como en todo espacio de trabajo bien diseñado, no puede faltar un lugar para el descanso. Tomar un café en el escritorio, o comer delante del ordenador son prácticas que no deberíamos llevar a cabo nunca. Por eso, ¿qué mejor que crear una pequeña zona donde poder sentarse a descansar rodeados de un paisaje diferente? Aquí los colores son más atrevidos y alegres. Para poner una nota atrevida: un jardín vertical sobre el muro formado por macetas que parecen flotar en el espacio. ¿Quién no cambiaría su oficina por un espacio como este?
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